"Nos hicieron creer que cada uno de nosotros es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros, que nadie en nuestra vida merece cargar en las espaldas la responsabilidad de completar lo que nos falta."
(John Lennon)

dilluns, 26 d’agost del 2013

La princesa y el bufón. Oscar Wilde

Había una vez una princesa que vivía en un palacio muy grande. El día en que cumplía trece años hubo una gran fiesta, con trapecistas, magos, payasos… pero la princesa se aburría. Entonces apareció un enano; un enano muy feo que daba brincos y hacía piruetas en el aire, el enano fue todo un acontecimiento.

-¡Bravo, bravo! – Decía la princesa aplaudiendo y sin dejar de reír.

Y el enano contagiado de su alegría, saltaba y saltaba, hasta que cayó al suelo rendido.

- ¡Sigue saltando, por favor¡ – dijo la princesa. Pero el enano ya no podía más. La princesa se puso triste y se retiró a sus aposentos.

Al rato, el enano, orgulloso de haber agradado a la princesa, decidió ir a buscarla convencido de que ella se iría a vivir con él al bosque. “Ella no es feliz aquí” pensaba el enano.Yo la cuidaré y la haré reír siempre”

El enano recorrió el palacio buscando la habitación de la princesa, pero al llegar a uno de los salones vio algo horrible. Ante él había un monstruo que lo miraba con ojos torcidos y sanguinolentos, con unas manos peludas y unos pies enormes.

El enano quiso morirse cuando se dio cuenta de que aquel monstruo era él mismo, reflejado en un espejo. En ese momento entró la princesa con su séquito.

-¡Ah, estás ahí!, ¡qué bien! Baila otra vez para mí, por favor.

Pero el enano estaba tirado en el suelo y no se movía. El médico de la corte se acercó a él y le tomó el pulso.

- Ya no bailará más para vos, princesa – le dijo.

- ¿Por qué? – preguntó la princesa.

- Porque se le ha roto el corazón

 

Y la princesa contestó:

De ahora en adelante, que todos los que vengan a palacio no tengan corazón.

 

Oscar Wilde

 

 

 

 

dijous, 20 de juny del 2013

LIMERENCIA

Es un estado mental involuntario el cual es resultado de una atracción romántica por parte de una persona hacia otra, combinada con una necesidad imperante y obsesiva de ser respondido de la misma forma. La psicóloga Dorothy Tennoy acuñó el término limerence en 1977, publicándolo en 1979 en su libro Love and Limerence: The Experience of Being in Love ("Amor y limerencia: la experiencia de estar enamorado").
Posteriormente, la limerencia se ha definido respecto al trastorno obsesivo-compulsivo como "un estado involuntario interpersonal que involucra pensamientos, sentimientos y conductas obsesivas, compulsivas e invasivas que están sujetas a una percibida reciprocidad emocional por parte del objeto de interés".
En el ámbito de la psicología se han estudiado distintas causas para este fenómeno. La más aceptada indica que existen 2 factores que desencadenan la limerencia:
  • Amor, ya sea producto de un fuerte vínculo de amistad, o por un enamoramiento previo hacia la persona.
  • Obsesión. No existen causas claras. Este factor se ha tratado muchas veces como involuntario. Se dice que la obsesión por la persona puede ser causada por una constante experiencia positiva al estar con la persona amada o por un distanciamiento permanente de ésta.


Efectos y componentes físicos
  • Palpitaciones aceleradas
  • Temblores repentinos
  • Dilatación de pupilas
  • Sudoración inconstante
  • Enrojecimiento de la cara
  • Desórdenes del apetito
  • Tartamudez menor
  • Nerviosismo permanente



Vinculación al amor y diferenciación de otras emociones:
  • El amor que desencadena la limerencia en una persona involucra preocupación por el bienestar y los sentimientos del otro, en cuyos casos puede ser excesivo, llegando en algunos casos a producir síndrome de déficit de atención y un desorden en su escala de prioridades.
  • El afecto y el cariño producidos en la limerencia existen como una disposición permanente hacia otra persona, pero en contraste con estos, no demanda que esos sentimientos sean recíprocos.
  • El sexo o el contacto físico con el objeto limerente no es ni necesario, ni esencial, ni suficiente para un individuo que experimenta limerencia, al contrario de otro que experimenta atracción sexual.
  • La emoción característica del sentimiento producido en la limerencia crece con la comunicación abierta y el conocimiento mutuo, y es vista como una experiencia interpersonal positiva. Se caracteriza por su intensidad, la cual llega a producir incertidumbre y ansiedad en el individuo.

publicado inicialmente el 19 de mayo 2013 en https://www.facebook.com/notes/%C3%A1ngeles-y-brujas-desamancebados/limerencia/518449294871674

dijous, 6 de juny del 2013

Seducción, caza, victimismo, y otras especias/peripecias amoroso-sexuales

Un inciso personal:

Desde que recuerdo,  reivindico la igualdad entre las personas, sobre todo la de género, he llevado una vida coherente con esta manera de pensar, a menudo lo he pagado caro y, aún más a menudo, ha significado soledad, a la par que agotador  andar demostrando continuamente que vales igual o más que cualquier hombre, y que no dependes de ellos, ni les necesitas  para sentirte realizada.  
Todo tiene su lado positivo, por ser de esa manera, supongo, la vida me ha regalado numerosas amistades con hombres, algunas con sexo incluido, otras no,  pero siempre en SINCERA COMPLICIDAD, sin trampa ni cartón, eso me ha dado el privilegio de observar(me) a las mujeres desde el punto de vista de ellos.   

Dicho esto...

Asociamos, generalmente, la caza sexual al hombre, es cierto que ellos son capaces de bailar en un pelo y mentir hasta el infinito con tal de llevarse a la cama a una moza, sin más misterio, tan cierto como que ellas utilizan sus propias armas, a saber: refajos, sostenes con relleno, maquillajes, peluquerías, cirugías "ocultas"...,  mentiras en definitiva, distintas pero igualmente infinitas, aunque en mi opinión su motivación no es tan noble, (entendiendo por noble el instinto animal que todos llevamos dentro), ellas no se mueven por las vísceras, usan el cerebro, pretenden llevar la caza al extremo duro, y una vez cazado "neutralizar" a la víctima, generalmente con el uso déspota de los cachorros.   Insisto, !generalmente!, que a la inversa yo misma he sufrido en mis carnes el intento de seducción, caza, enjaulamiento y procreación neutralizante, por parte de algún que otro machote.    
Esta es la parte desagradable de las relaciones sexuales: la utilización del sentimiento y las personas para conseguir un objetivo distinto al del disfrute puro y duro de mutuo acuerdo.   Y es una pena.
El sexo (no confundir con el amor) es fisiológico, y como tantas otras cosas, entra por el ojo, el olfato y el tacto (por este orden), hay personas que apenas necesitan utilizar "mecanismos" para seducir, por si mismas son capaces de atraer al sexo contrario (y al propio), esto que aparenta ser un don, se convierte a menudo en una carga, y la envidia que suscita, en castigo, pero esa es otra historia...,

volvamos a los mecanismos de seducción y/o caza.

Si nos movemos en un entorno normal, entendiendo por normal personas adultas y responsables de sus actos en una sociedad laica occidental (etc.etc.),  no hay víctimas ni verdugos en este "juego", si acaso seductore/as y gilipollas, (es agradable, para variar, un término asexuado: gilipollas, y es que es tan cansino recalcar que se habla indistintamente de ambos sexos...), pero no quisiera ofender a nadie, así que hablaremos de víctima, pieza..., igualmente "asexuados", aunque no sé que es peor, muy agradable tampoco queda....
 
 
El seductor/a no se mueve por dinero ni cualquier otro beneficio material o social, la víctima ni se sabe (del corazón del melón, solo el cuchillo lo sabe),
su motivación es la curiosidad sexual, su necesidad es la de sentirse deseado/a, provocar cierta dependencia sexual en la pieza, en cierto modo, y a su pesar (ya que se considera un regalador sexual) es un maltratador/a emocional, un animalito descerebrado que solo es consciente del poder que tiene cuando el daño producido es muy grande, fíjense bien que he dicho el daño producido, no el daño que ha producido, el seductor/a es tan encantador/a como inocente del daño directo, y del colateral, a segundos, terceros... cuartos..., y no entiende el "desagradecimiento" de sus víctimas;

el seductor/a como el escorpión no puede evitarlo, la "víctima" sí,
es más difícil conquistar a alguien que dejarse conquistar, lo primero requiere de gracia innata y saber usarla, lo segundo se reduce a decir SÍ o NO, pero por algún extraño motivo las personas nos creemos capaces de cambiar a las personas, de domesticarlas, nos dejamos seducir creyéndonos tan maravilloso/as que con unos polvos aprendidos en películas porno, 4 mamaditas, velas y cocinitas, le tendremos a nuestros pies ¡ERROR!, no hay nada que seduzca menos al seductor/a que las trampas;
 
el seductor/a no puede evitar una vez conquistada la pieza perder el interés, la "víctima" tampoco,
pero ya que caíste, tómatelo efectivamente como un regalito, conserva la dignidad y a otra cosa mariposa, no alimentes la parte más fea del seductor/a, ese lado castigador y pedante, no intentes hacerle recuperar el interés presionándole, exigiéndole más de lo que puede darte: una ocasional alegría corporal; 

el seductor/a es un conquistador de duras plazas, ponle una montaña y dile que no llega, la subirá, constrúyele un puente de guirnaldas para llegar y quizás vaya, pero como poco se te meara en las flores ;
el seductor/a acostumbra a ser un caballero, por petardo/a que haya resultado la pieza, por decepcionada que haya quedado su curiosidad, no lo dirá, el seducido/a no, es más, si puede le traicionará y le jorobara todas las conquistas que pueda, no por solidaridad hacia posibles víctimas, solo por joder y por dar mal "si no es conmigo, con nadie";

el seductor/a generalmente es de trato agradable, divertido/a, y huele bien, y, sobre todo, es transparente, muy transparente, se le ve venir de lejos,  si aceptas ser cazado/a no te hagas la víctima luego;
el seductor/a, a veces termina por enamorase de la pieza, y cuando esto ocurre suele llegar tarde, la víctima, decepcionada , ya no se cree nada...;  
 

Es importante distinguir al seductor/a del domesticador/a, aunque los métodos y los fines son similares el domesticador asume la reciprocidad de la dependencia, el seductor/a si se siente atrapado en otra piel, se largará tan rápido que no le veremos ni cruzar el horizonte.
 
A veces se encuentran dos seductores, cara a cara, como suelen reconocerse entre ellos lo inteligente es marcar el límite de cada uno/a y evitar el encuentro, pero... ¿quien dice que el seductor/a sea inteligente?, la curiosidad es doble, la tentación les puede..., y cuando el seductor/a se deja seducir por otro seductor/a, nadie puede prever el resultado...
 

Para  finalizar, otro inciso personal:
Que dude de la existencia del  amor eterno,  que no comparta el concepto de pareja/familia como fórmula única de vida, que abogue por una vida en lbertad y el disfrute de la seducción y el sexo de una manera alegre, sana y responsable, no significa negar la posibilidad de enamorarse, ni rehuir, llegado ese momento, el compromiso en un proyecto común en pareja,  (agnóstica, no atea),  de hecho, el hombre y la mujer que optan por ese camino se  deben, como poco, fidelidad, por lealtad y respeto.   
Nada me parece más reprobable y cavernícola, que hacer el paripé social en casa, y seguir cazando fuera.
mmha
(Las fotos son "robadas", en Internet, muy a mi pesar no siempre figura el autor)

dilluns, 3 de juny del 2013

Nos hicieron creer... (John Lennon)

Nos hicieron creer que el “gran amor”,
solo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor no es accionado,
ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja,
y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida
merece cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno":
dos personas pensando igual, actuando igual...
que era eso lo que funcionaba!
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
 
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término,
deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos,
y los que escapan de ella están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas son equivocadas,
frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie nos iba a decir todo esto:
cada uno lo va a tener que descubrir solito.
Y entonces,
cuando estés “enamorado de ti mismo",
podrás ser feliz y te enamorarás de alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica
a plena luz del día."
John Lennon
 

diumenge, 2 de juny del 2013

Una pregunta tonta (que no es lo mismo que: una pregunta, tonta)

Cuantas veces nos decimos “esta relación no tiene futuro”...
que si distancias kilométricas, distancias culturales, diferencia de edad, maneras de vivir, maneras de pensar, ideologías, religiones, que si estoy gorda, se me caen las tetas, que si la tengo pequeña...,
Un grano en el culo, cualquier cosa, nos vale a la hora de imponernos barreras, de echar un paso atrás y quedarnos con las ganas.

Y yo me pregunto
si el “amor” dura lo que dura dura, es decir, de 3 horas a 3 años (o 500 noches),
y el futuro empieza y termina en este mismo momento,
¿Por qué hipotecamos las pocas ocasiones de amar pensando en el futuro?